Comunidad

Ella es Luz Mila Martinez, una mujer de la comunidad de Tayazú, amante de los cultivos y la chagra. Al hablar con ella lo primero que puedes notar es su sonrisa cuando describe a su familia y a la gente que ama, sus hijos y esposo. Luz Mila es una mujer sencilla que durante su vida se ha enfrentado a momentos difíciles como la separación de sus padres y en ocasiones la dificultad para conseguir alimentos. Pero esos momentos quedan a un lado cuando nos cuenta que a pesar de las adversidades, en la comunidad se siente acompañada y apoyada, puede compartir con su familia y reírse con ellas, especialmente con sus cuñadas que son sus mejores amigas.

Luz Mila Martinez

Ella es Cecilia, una mujer alegre y amable de la comunidad de Tayazú. Además de ser una gran conocedora de la naturaleza y disfrutar de la siembra de árboles, Cecilia es feliz cuando juega baloncesto y voleibol con las personas de la comunidad. Cecilia es una mujer muy afortunada, pues nos cuenta que su vida ha estado llena de momentos alegres y rodeada de personas que la hacen feliz como sus sobrinos y cuñadas. Sin embargo, nos dice lo difícil que puede ser la lejanía en momentos de enfermedad, pues no es fácil para la comunidad acceder a servicios médicos. A pesar de estas dificultades Cecilia disfruta de la vida en comunidad y es feliz recibiendo personas en su hogar, lugar que comparte con las personas que más ama, su familia.

Cecilia Acuña

Ella es Mercedes Hernández, una mujer chévere, como ella misma se describe entre risas y un poco de timidez. Cuando le preguntamos por las personas que más ama, sin pensarlo dos veces nos dice que son su hija y su mamá, quienes son al mismo tiempo las personas que están a su lado y más la ayudan. Mercedes disfruta de compartir tiempo con su Esposo, su mejor amigo y de hacer fariña, un alimento esencial para las comunidades de la Amazonía del Vaupés. A pesar de que en ocasiones conseguir el dinero para criar a su hija puede ser complicado, en la comunidad encuentra un apoyo y una ayuda diaria en el trabajo y de esa manera ha logrado sacar a su familia adelante.

Mercedes Hernández

Brigida es una mujer alegre y recibe con un abrazo y una sonrisa a cualquier persona que se acerque a hablar con ella. Nos cuenta como antes de empezas a sembrar con Saving The Amazon conseguir los recursos solamente de la venta de sus frutas no era suficiente para cubrir sus necesidades. Sin embargo esos tiempos han quedado atrás, y ahora puede ayudar a su familia. Brigida disfruta viviendo en comunidad y a pesar de que en ocasiones extraña a sus papás, en Tayazú puede compartir y ayudar a las personas que quiere ya que considera a la comunidad parte de su familia. Brigida también es feliz hablando de Luis Felipe su esposo, mejor amigo y una de las personas que más ama junto a su hijo con quienes en ocasiones comparte sus actividades favoritas: sembrar y el trabajo en el campo.

Brigida Cubides

Ella es Encarnación, una mujer de la comunidad de Tayazú. En su día a día se dedica a las labores de su hogar y al trabajo en la chagra, una de sus actividades favoritas y que más disfruta hacer. Encarnación siempre te recibirá con una sonrisa, es una persona alegre y la felicidad es una de sus cualidades más especiales. Esa sonrisa tan característica de ella se hace aún más evidente cuando habla de su familia, con quienes habla, se ríe y comparte la mayor parte del tiempo. A pesar de que confiesa que en la comunidad en ocasiones el trabajo puede ser duro, disfruta mucho “recochar” con ellos, tomar chicha, una bebida fermentada que las comunidades disfrutan mucho, y estar acompañada. A pesar de que Encarnacióna afirma que ganarse su confianza toma tiempo, recibe a las personas que llegan a su hogar con todo el cariño y siempre está feliz de charlar y contar historias de su familia y su vida, junto a su perrita “morocha”.

Encarnación Gómez

Ella es Yolanda Restrepo, una mujer de la comunidad de Tayazú alegre y maternal. Yolanda es conocedora de los secretos del campo y la selva, y así como su familia, disfruta mucho la chagra y estar en contacto con la naturaleza. Sin duda tiene un corazón gigante pues ama a su familia, sus hijos y esposo, y a sus amigas con quienes “recocha”, se rie y se apoya. Yolanda es feliz viviendo en la selva y junto a su comunidad, pues puede compartir todo el tiempo con las personas que quiere y participar en las diferentes reuniones que se llevan a cabo en la comunidad.